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El dolor que no cesa

A 12 años del atentado de Amia

El 18 de julio de 1994 a las 9:53 AM una bomba destruyó la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina –AMIA-, institución judía dedicada a la asistencia social y a la cultura, ubicada en Buenos Aires, Argentina; dejó como saldo 85 muertos y más de 300 heridos, tanto judíos como no judíos.

Esa mañana se apagaron 85 sonrisas, la intolerancia derrumbó las paredes del edificio y junto con ellas los sueños de cientos de hombres y mujeres que iniciaron el arduo peregrinaje de conseguir justicia en un país especializado en impunidad.

A 12 años del horror, el caso AMIA se transformó en un ejemplo de una encrucijada que mezcla la perversión del terrorismo, de la justicia y la política. De los servicios de inteligencia y policiales. De las mafias. Todo eso, a su vez, facilitado por la ineptitud, la burocracia y la negligencia, que a esta altura, en este país, son formas de complicidad.

Trabajadores y trabajadoras de la educación de Río Negro acompañamos a la comunidad israelita en su búsqueda de la verdad porque sabemos que no se puede construir futuro sobre crímenes impunes, con la certeza de que es imprescindible continuar en el camino de la lucha que nos permitirá lograr tener un país sin impunidad, con una justicia mejor, con educación y salud para todos, sin discriminación ni excluidos, y conservando la memoria de los errores para no repetirlos.

Sólo así honraremos a los que ya no están y nos permitirá a nosotros y nuestros descendientes ser parte de un país mejor y más justo. Por ello, hacemos nuestras las palabras del Deuterononio  “Justicia, Justicia perseguirás para que vivas…”.

General, Roca – Fiske Menuco, 18 de julio de 2006.

Orlando Solaro, Secretario de Prensa, Capacitación y Cultura
Consejo Directivo Central de UnTER