La OIT admitió el reclamo presentado por UnTER por violación de los derechos territoriales de los Pueblos Originarios
La Organización Internacional del Trabajo -OIT.- declaró la admisibilidad del reclamo presentado por UnTER en el que alega la inobservancia por parte del Estado de Río Negro, de disposiciones del Convenio sobre Pueblos Indígenas y Tribales Nro. 169.
El 16 de agosto de 2006, Carlos Tolosa, en su carácter de Secretario General, denunció ante la OIT la falta de consulta de proyectos de ley actualmente en trámite ante el Congreso de la Nación que afectan los intereses de los Pueblos Indígenas del país y que no han sido sometidos al proceso de consulta establecido en el Art. 6 del Convenio y en particular refiere la falta de consulta a los Pueblos Mapuche. En el caso de Río Negro, no se ha realizado ninguna consulta previa a la adopción del decreto Número 967/04 dictado por el Poder Ejecutivo Provincial que pone precio a las tierras fiscales y que sería aplicado a quienes estuvieran asentados en tierras públicas sin que se procediera antes al saneamiento de las tierras reivindicadas por las comunidades originarias como propias.
Enmarcado en su política gremial, de defensa irrestricta de los Derechos Humanos, UnTER asumió el compromiso de acompañar los reclamos de las distintas organizaciones del Pueblo Mapuche que luchan por el reconocimiento de sus derechos y que no son escuchados por el Ejecutivo provincial, a través de la presentación de la Reclamación ante la OIT a través de su Directora del Departamento de Normas Internacionales del Trabajo, Cleopatra Doumbia – Henry en la que deja expresa constancia del incumplimiento en nuestro país y especialmente en la provincia de Río Negro de las disposiciones del Convenio 169.
En la presentación, el sindicato expone que la falta de aplicación de los derechos de las comunidades mapuches (lof) sobre las tierras que ocupan tradicionalmente es una de las maneras más crueles de discriminación de los pueblos, que no sólo les impide desarrollar su cultura, también los excluye en el empleo y la ocupación.
Esta situación afecta fundamentalmente a niñas, niños y jóvenes a quienes sus mayores no pueden acompañarlos en su proceso de construcción identitaria, padecen las consecuencias de la marginalidad económica y social, y se ven obligados, en el mejor de los casos, a migrar, con lo que implica perder la oportunidad de reconocer sus raíces, como así también, en la mayoría de los casos a abandonar sus estudios, ingresar tempranamente en el mundo del trabajo en negro, sin posibilidades de construir un proyecto de vida en el marco del respeto a la diversidad y la dignidad de las personas.
Gral. Roca – Fiske Menuco, 19 de enero de 2007
Orlando Solaro, Secretario de Prensa