El 17 de Octubre de 1945 estalló la Plaza de Mayo. El pueblo trabajador salió de las barriadas de Buenos Aires y cruzó los puentes que lo separaban de la Capital Federal
La oligarquía y las elites de la época, especialmente los conservadores describieron con desprecio la irrupción de un movimiento obrero al que catalogaron como “Aluvión zoológico” y “cabecitas negras”, mientras que el comunismo lo llamó “Murga” y “malevaje”.
Más allá de los posicionamientos de cada uno , no se puede desconocer que ese día, las calles de la orgullosa capital federal desbordaron de multitudes cuyas raíces se encontraban en el interior del país, adelantándose a la huelga convocada por los sindicatos para el día 18. La clase trabajadora protagonizó una jornada que marcó su historia y la historia del país en un antes y un después que aún hoy tiene sus consecuencias.
Ese 17 de Octubre marcó la irrupción política de una clase obrera concentrada en la industria que desde entonces lucha por ampliar sus derechos sociales y defenderlos de los ataques de la reacción y el imperialismo.
Fue el día en que la voz de “los nadies” atronó desde el fondo de la historia y nunca más pudo ser acallada, ni con el fusil, ni la desmemoria, porque desde ese día el pueblo superó a su propia dirigencia y definió desde que lugar se posicionaba para construir su propia historia.
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