El 16 de septiembre de 1976, militares secuestraron a estudiantes secundarios de La Plata. De 30 mil desaparecido/as, 232 eran adolescentes, la mayoría militaba en organizaciones políticas y/o sociales, no sólo luchaban en sus colegios secundarios por el boleto estudiantil, también en organizaciones políticas y sociales, trabajaban con las comunidades, en las villas, ya se habían definido por una opción de vida que rechazaba la neutralidad, que tomaba cuerpo en la resistencia y en la militancia.
La dictadura y sus partícipes lograron dejar su impronta en un modelo económico, pero no pudieron quebrar la convicción de miles de militantes que se dejaron seducir por la vida a costa de su propia muerte, porque no pudieron doblegar la voluntad de quienes quedaron vivos y continuaron diciendo No a la injusticia, a la exclusión, al hambre que asesina niñas y niños, a la impunidad que corrompe.
No pudieron lograr su objetivo, porque en las nuevas luchas, están sus luchas, en las nuevas voces están sus voces, en los nuevos brazos están sus brazos, porque ellas y ellos son parte del “nosotros” como parte de la memoria que construye futuro haciéndose presente.
16 de septiembre de 2010
Pedro Bichara, Secreatario de Prensa
Marcelo Nervi, Secretario General