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Bienvenido nieto ciento catorce

Celebramos el reencuentro de Estela de Carlotto con su nieto, 114 historias recuperadas, No nos han vencido, no nos vencerán!! La memoria sigue tejiendo futuros.

La noticia llenó las portadas de los periódicos, ocupó gran espacio de los noticieros televisivos, saturó las redes sociales y el aire de las radios: un hijo más de desaparecidos y desaparecidas durante la dictadura militar fue encontrado con vida.

Ignacio Hurban, quien tiempo atrás se había presentado voluntariamente para someterse al análisis de ADN, resultó, conforme al certificado de esas pruebas, hijo de Laura Carlotto, una joven compañera secuestrada en el 77. Laura, embarazada de dos meses fue torturada brutalmente y el 26 de junio de 1978 dio a luz en el Hospital Militar. El niño fue, como tantos otros, entregado a una familia de desconocidos, y Laura apareció asesinada dos meses después con signos evidentes de la tortura a que fuera sometida. Del nacimiento hay testimonio de otros compañeros de suplicio.

Buscar los rastros de estos niños y niñas ocultos, disimulados, que crecieron como Ignacio con una identidad ficticia, sin saber su verdadero origen, se torna una tarea dificilísima, casi imposible. Solo una quinta parte de los mismos han recuperado su procedencia, su origen, su posibilidad de poder decir quién soy, quiénes me dieron la sangre y la vida, en fin, mi propia historia.

En 1983 nace formalmente una organización que venía funcionando desde cinco años atrás en torno a la idea de recuperar a esos niños desaparecidos, apropiados ilegalmente, para devolverles su verdadera identidad: “Abuelas de la Plaza de Mayo”. Lo humanitario de su propósito hizo que el mundo entero reconociera a la institución como señera en el campo de los Derechos Humanos y celebrara cada uno de sus éxitos.

Hoy rendimos un homenaje a su fundadora, la maestra, la luchadora que durante 37 años esperó haciendo, trabajando incansablemente, por la recuperación de los nietos: Estela Carlotto. Qué merecido premio a esa insistencia, a ese estar en la lucha, a no claudicar, a no retroceder, a construir cada día la esperanza de que Guido existía. Ahí está, Ignacio Hurban, tu nieto, alegría de tus días por venir. Las trabajadoras y los trabajadores de la educación de Río Negro multiplicamos, y hacemos nuestro, el abrazo que da la humanidad.

El único pensamiento, la única reflexión posible es que el ejemplo de Ignacio-Guido sea emulado por muchos jóvenes que abriguen una duda sobre su identidad. Es necesario para saber qué fue, que es, de los 400 nietos desaparecidos que nos faltan.

 Gral. Roca – Fiske Menuco 5 de agosto de 2014

María Inés Hernández, Secretaria de prensa, comunicación  y cultura
Luis Genga, Secretario de Derechos Humanos, género e igualdad de oportunidades

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