Canción obvia
Elegí la sombra de este árbol para
descansar de lo mucho que haré
mientras te espero.
Quien espera en la pura espera
vive un tiempo de espera vana.
Por eso, mientras te espero
trabajaré los campos y
conversaré con los hombres.
Mi cuerpo sudará, quemado por el sol
mis manos se llenarán de callos;
mis pies aprenderán el misterio de los caminos;
mis oídos oirán más,
mis ojos verán lo que antes no vieron,
mientras te espero.
No te esperaré en la pura espera
porque mi tiempo de espera es un
tiempo de quehacer.
Desconfiaré de aquellos que vendrán a decirme,
en voz baja y cautelosa:
es peligroso hacer
es peligroso hablar
es peligroso caminar
es peligroso esperar como tú esperas,
porque esos espantan la alegría de tu llegada.
Desconfiaré también de aquellos que vendrán a decirme,
con palabras fáciles, que ya has llegado,
porque al anunciarte ingenuamente,
más bien te denuncian.
Estaré preparando tu llegada
como el jardinero prepara el jardín
para la rosa que se abrirá en primavera.
Paulo Freire, Ginebra, marzo de 1971.