A 34 años del desembarco argentino en Islas Malvinas, usurpadas por el imperialismo Inglés, honramos a la memoria de los caídos en combate y de quienes no soportaron a su regreso la indiferencia de una sociedad exitista que durante años los silenció sin culpa, lo mismo que los crímenes de lesa humanidad cometidos contra conscriptos.
Durante los ochenta la operación política y mediatica pretendió inmovilizar los justos reclamos de excombatientes, sin embargo, traducida en números, esta guerra se revela con toda su crudeza dentro y fuera de las islas, en dictadura o en democracia: duró 74 días, 33 de ellos fueron de combate intenso, que incluyó la lucha cuerpo a cuerpo con bayoneta calada. Del lado argentino hubo 649 caídos, de los cuales, 323 fueron víctimas del hundimiento del ARA General Belgrano, que navegaba fuera del área bélica, pero que nunca fuera condenada por los organismos internacionales.
De los que regresaron, más de 500 veteranos se suicidaron, y ahora se suman los suicidios de sus hijos, por falta de contención y asistencia profesional. Hay más de 100 denuncias por graves violaciones a los derechos humanos cometidas por oficiales y sub oficiales de las Fuerzas Armadas, que recientemente fueran desestimadas por la Suprema Corte de Justicia de nuestro país y que serán elevados a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
En definitiva Malvinas, es una herida profunda que nos atraviesa, un dolor que no cesa y que a medida que pasa el tiempo es posible visibilizar nuevas facetas, como las historias de las mujeres que participaron en el frente en su mayoría como voluntarias, enfermeras e instrumentadoras quirúrgicas parte del personal civil en las fuerzas armadas, incluso una de ellas, Liliana Collino, pisó territorio isleño a bordo un Hércules C-130 en el que se transportaban contenedores y heridos, a quien nunca se le reconoció su tarea ni siquiera para un ascenso. Nuevas historias, la misma angustia porque en el recuerdo de estas mujeres está la verdadera condición en la que volvían nuestros soldados y los horrores vividos, pero se las ignoró, al punto que también están negadas en el cambio de nominación de la efeméride oficial, porque en el inconsciente colectivo el veterano de guerra siempre es varón.
Con la convicción que la Cuestión Malvinas, debe mantenerse en debate, sin falsos chauvinismos, comprendiendo la realidad geopolítica de antes y ahora; avalamos el reclamo de nuestra soberanía por la vía pacífica. Recuperación mediante la vía pacífica de las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios circundantes, que lograr adhesiones en todos los organismos internacionales y que incluso, cuenta con apoyo de organizaciones civiles y de derechos humanos dentro del mismo imperio británico, que también suma tantos suicidados como caidos durante la guerra.
Hoy la lucha contra el colonialismo se mantiene, nuestro país ha demostrado las razones políticas y territoriales que demuestran que las Malvinas fueron, son y serán Argentinas, en nuestra historia recuperamos la valiente lucha de Antonio “el Gaucho” Rivero, peón de campo argentino conocido por liderar un alzamiento en las islas Malvinas en 1833 para recuperar las Islas, o la acción de 18 jóvenes, que en 1966 aterrizaron en Malvinas e izaron nuestra bandera como un acto de reivindicación y advertencia al dictador Onganía, que estaba en plena negociación con Inglaterra. Esta acción fue encabezada por Dardo Cabo, quien 10 años después fuera asesinado por otra dictadura impulsada y sostenida por los mismos cómplices del poder económicos que el onganiato y cuyas raíces se inscriben entre las familias patricias que más de cien años atrás, conderon al Gaucho Rivero por enfrentar a sus amigos ingleses. También el ejercicio de la memoria debe permitirnos reconocer que en estos matices de la historia, hay demasiados nombres que se repiten al momento de entregar nuestro destino a los intereses foráneos.
Hoy el contexto mundial cambió, pero los intereses económicos priman sobre los gobiernos, es la lucha que debemos mantener en defensa de nuestra soberanía, honrando la memoria de quienes cayeron y la vida de quienes regresaron.
Gral Roca, Fiske Menuco, 1 de abril de 2016
Luis Genga, Secretario de Derechos Humanos, Género e Igualdad de Oportunidades
María Inés Hernández, Secretaria de Prensa, Comunicación y Cultura