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Jorge Alberto Asenjo

Jorge Alberto Asenjo. Tenía 37 años, estudiaba Química Industrial, era periodista y corresponsal del diario “El Mundo” en Neuquén. Vivía en Cinco Saltos en la calle Rivadavia 638. Llegó a la región en 1972 como empleado de Vialidad Nacional, lugar al cual renunció luego de unos meses y comenzó a trabajar como administrativo en la empresa frutícola Gargiulo Hnos. SA, donde formó una cooperativa para los empleados. 

Fue detenido en su domicilio, cuando se encontraba junto a su pareja Nilda Valente, embarazada del hijo de ambos, Lucas, en horas de la madrugada del 12 de junio de 1976, durante un operativo realizado por fuerzas conjuntas del Ejército y la policía de Río Negro. Un gran número de soldados rodeó el domicilio y un grupo de militares de mayor rango ingresó, y, tras revisar toda la casa, se llevaron detenido a Asenjo hacia la Comisaría de Cinco Saltos. Desde allí, la víctima fue llevada a la U9 de Neuquén, quedando registrado su ingreso a las 2:50 hs. a cargo del Comando VI de Brigada de Montaña. Una vez en prisión, fue revisado por el médico de la Unidad. 

Jorge Alberto Asenjo militaba en el PRT. Tenía 37 años cuando lo desaparecieron el 12/6/1976. Era periodista y corresponsal del diario “El Mundo” en Neuquén. Vivía en Cinco Saltos. Su caso tuvo sentencia en el juicio “La Escuelita 7”.
Foto y referencia IG @H.I.J.O.S. Capital


El 15 de junio de 1976, a las 19:35, Asenjo fue entregado a una comisión del Comando de Brigada, junto a otros detenidos entre los que estaban: Élida SifuentesGladis SepúlvedaCarlos Alberto SchedanEva Libertad GarridoRaúl Héctor González y Nora Noelia Rivera, quien reconoció a Asenjo. Según el relato de los sobrevivientes, fueron todos llevados al hall de la prisión, los pusieron de cara contra una pared y los retiraron de la Unidad por una calle lateral, a disposición del Comando VI de Brigada. En medio de un gran despliegue de personal militar fuertemente armado, perros y varios vehículos, las víctimas fueron subidas a un celular azul con celdas individuales y los trasladaron hasta el Aeropuerto de Neuquén. Al llegar les vendaron los ojos y les ataron las manos a la espalda para luego subirlos a un avión donde les dijeron que estaban en un “charter especial”, que cantaran la marcha del ERP y que los iban a tirar en la selva. También les decían “querían la guerra, querían la revolución, ahora van a estar en la selva”. 

Luego de un rato las víctimas fueron descendidas del avión y llevadas a un lugar que, de acuerdo a las descripciones aportadas por las víctimas, se trataría del CCD “La Escuelita” de Bahía Blanca. Allí Asenjo fue esposado junto con Carlos Alberto Schedan y Raúl González y colocados en un lugar que a González le pareció, por el olor, que era una caballeriza. Al día siguiente fueron llevados a un recinto más chico, donde las víctimas fueron obligadas a permanecer de pie, esposadas, hasta que uno de los guardias se llevó a Asenjo para hacerle “un tratamiento especial” ya que decía que no tenía nada para declarar. Unos días más tarde, probablemente el domingo 20 de junio, uno de los militares que custodiaba a los prisioneros les permitió sentarse en las cuchetas y se puso a dialogar con ellos. Entre ellos estaba Asenjo, quien dijo que ya “hacía más de un año que no estaba metido en nada”. Este es el último registro que se tiene de Jorge Asenjo con vida. Desde entonces, permanece desaparecido. 

En una testimonial y una indagatoria, el Comandante del Comando VI BIM, general José Luis Sexton afirmó que en oportunidad de asumir el puesto el 23/6/76 en Neuquén, el segundo comandante Eduardo Vicente Contreras Santillán le informó que se habían realizado detenciones en días anteriores y que los arrestados habían sido trasladados al V Cuerpo de Ejército en Bahía Blanca, entre ellos Jorge Asenjo.

Volviendo al día de su secuestro, luego de que los sujetos que allanaron su casa se retiraran del lugar, Nilda Valente se dirigió a la Comisaría de Cinco Saltos, y luego a la casa de su amigo y vecino Néstor Pujó, donde golpeó la ventana de su habitación que daba a la calle, para despertarlo. Ella allí le transmitió que le habían revisado toda la casa de arriba abajo, que le hicieron “millones de preguntas”, y que venía de la Comisaría donde un agente de la policía le dijo que a Asenjo se lo habían llevado a Neuquén. Al día siguiente ambos se dirigieron a la capital neuquina, y luego de ser informados que Asenjo estaba alojado en la Unidad N° 9 del SPF, fueron hacia ese lugar. Como Valente no estaba casada legalmente con Asenjo, en la cárcel no le permitieron ver a su pareja y por ello decidió llamar a la madre de la víctima, Josefa Do Río, quien vivía en Buenos Aires. Ese mismo día viajó hacia Neuquén, y al llegar se dirigió a la U9 a ver a su hijo, pero le dijeron que ya no estaba allí y que había sido trasladado a Bahía Blanca. También fue al Comando de Brigada de Infantería de Montaña VI a buscar información, allí el Mayor Luis Farías Barrera le dijo que su hijo “se encontraba en el Cuerpo de Ejército de Bahía Blanca”. En Bahía, el oficial Arturo Ricardo Palmieri le dijo que no sabía nada del caso.


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