Alberto Cacopardo y Luis Genga fueron distinguidos en el acto de homenaje de los docentes argentinos a los organismos de derechos humanos y sobrevivientes del genocido, organizado por CTERA el 27 de marzo de 2018.
Ambos docentes jubilados, compañeros, militantes de la UnTER, comprometidos en la defensa de la educación pública, los derechos laborales y los de nuestras infancias y adolescencias.
Registro de la intervención de Luis Genga, al momento de recibir la distinción. Brindado por Marta Genga.
Alberto Cacho Cacopardo. Maestro, profesor de historia, fue Secretario de Finanzas del CDC de UnTER en el período 2010 – 2013, militante por los derechos humanos, testigo en el juicio a los responsables de delitos de Lesa Humanidad durante la dictadura en Córdoba. Autor del libro “Córdoba por asalto, un final que se transformó en principio”, Editorial Babel. Novela de hondo contenido autobiográfico, ambientada en los años ´70, cruzados por la utopía que significaba una nueva sociedad sin dominadores ni dominados. Alcanzarla era nada menos que el “asalto al cielo”. El relato parte del viaje que la protagonista debe realizar al desconocido pueblo de Iruya en Salta para comenzar la ofensiva revolucionaria desde el campo, como en China lo había realizado Mao Tse Tung. Es emocionante, a veces divertido, siempre atrapante, seguir la trayectoria de un grupo que se va transformando en el proceso de lucha.
Luis Genga, fue el primer secretario general de la UnTER en 1974 y Secretario de Cultura de CTERA. No terminó su mandato porque la dictadura militar proscribió la actividad sindical, luego fue perseguido, detenido y trasladado al centro clandestino “La Escuelita” de Neuquén. Vivió exiliado en España hasta 1992. Se presentó como querellante y brindó testimonio en los juicios a los genocidas que actuaron en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén. Fue Secretario de Derechos Humanos, Género e Igualdad de Oportunidades del CDC de UnTER (2013 – 2016).
Gral. Roca – Fiske Menuco, 8 de mayo de 2018.
Viviana Orellano, Secretaria de Derechos Humanos, Género e Igualdad de Oportunidades
María Inés Hernández, Secretaria de Prensa, Comunicacióny Cultura
Luis Alfredo Miguel Genga
Nació en Bell Ville, Córdoba el 29 de septiembre de 1939. Maestro rural, profesor de Literatura, Primer Secretario General de UnTER. Secuestrado en Cipolletti en septiembre de 1976, una vez liberado, se exilió en España. Regresó al país a mediados de los 90, hace pocos años volvió a a radicarse en el Alto Valle.
Trabajó como maestro en escuelas de parajes de Chubut y Río Negro, a los finales de los 60 y comienzos de los 70, se sumó a los pequeños grupos que formaron la Federación de Docentes Rionegrinos en un Congreso en Bariloche. Vincularon su trabajo a Horacio Requena y Alfredo Bravo. Participó del nacimiento de CTERA en 1973 y al año siguiente, en el Congreso de San Antonio Oeste en el que se fundó la UnTER, el sindicato de trabajadores y trabajadoras de la Educación de Río Negro fue elegido Secretario General.
Le tocó liderar la huelga del 75, en coincidencia con la de los trabajadores de Sierra Grande, que termina con la irrupción violenta en una madrugada de tropas del Ejército –V Cuerpo– y federales provenientes del Operativo Tucumán. En ese período ya la Triple A extendía sus tentáculos en la provincia.
Al día siguiente del Golpe Genocida, el Ejército allana la Escuela Nº 50, donde Luis era Director, en horas de clase, causando pánico a niños y niñas, destruyeron todo, se llevaron documentos y libros, y dejaron una citación para presentarse en la comisaría de Cipolletti. Cuando se presentó lo interrogaron, sin agresiones físicas, sobre materiales que tenía en la biblioteca, actividades y reuniones, lo liberaron después de horas de interrogatorio.
En septiembre, un grupo de tareas lo secuestró junto a Cristina y Silvia Bottinelli (esta última es su pareja hasta la actualidad) y Jorge Villafañe. Fueron trasladados al centro clandestino “La Escuelita” ubicada en el Batallón de Construcciones 181 (actual 161) de Neuquén, donde operaba entre otros torturadores Raul Guglielminetti.
Durante dos semanas de horror, fueron liberados en Centenario y Arroyito, intentó volver a dar clases, pero la persecución fue tan fuerte que con el apoyo de Alfredo Bravo, junto a Silvia partieron al exilio en España, Cristina Botinelli tampoco pudo recuperarse de las torturas ni volver a su cátedra en la UNCo, se fue a México donde fallecuió, de Villafañe jamás supieron nada más.
Regresó de España en 1992, con tres hijas y Silvia, recuperó los vínculos con la CTERA y la UnTER. El 17 de septiembre de 2006 se presentó como querellante en los Juicios por delitos de Lesa Humanidad del Alto Valle y Neuquén, un día antes de la condena a Etchecolatz y la desparición de Jorge Julio López.
Declaró en los Juicios denominados La Escuelita II, 2012 y III en el 2013. Elegido por el voto de miles de compañeras y compañeros regresó a la conducción de la UnTER como Secretario de Derechos Humanos, Género e Igualdad de Oportunidades en el período 2013-2016. Actualmente continúa su militancia junto a los pequeños y medianos productores y acompaña las instancias del Juicio por la desparición de Daniel Solano, obrero golondrina de Salta desaparecido en Choele Choele, a manos de la policía provincial, con complicidad de Expofrut y Agro cosecha.
Alberto “Cacho” Cacopardo
Nació el 4 de octubre de 1948 en Capital Federal. Es profesor de Historia, jubilado, en Roca – Fiske Menuco, militante de Derechos Humanos, impulsó la imposición del nombre Madres de Plaza de Mayo en el CENS Nº 3 donde fue director. Autor del libro “Córdoba por Asalto”, donde reconstruye las historias de militantes y la complicidad civil en los crímenes de la dictadura genocida.
Cacho comenzó su militancia política en la Tupac, a los 21 años, se trasladó a Córdoba, donde lo secuestraron junto a su compañera Ivon, quien fue fusilada el 30 de abril en un supuesto intento de fuga. Detenido en la División de informaciones, centro clandestino de represión y torturas a cargo de Luciano Benjamín Menéndez, “El Chacal”. Fue derivado a la Unidad Penitenciaria N°1 de La Plata, donde lo mantuvieron prisionero hasta el 20 de enero de 1979.
Pocos meses antes de ser liberado, recibieron una visita de la Cruz Roja Internacional, Cacho denunció lo que sucedía y fue castigado con ocho meses más de prisión según relata en una entrevista reciente.
Luego de su liberación, se trasladó a Río Negro, estudió en el Instituto de formación Docente DE Roca- Fiske Menuco, con el regreso de la democracia ingresó a la Universidad del Comahue y en 1993 se recibió de profesor.
En julio de 2010 declaró en Cordoba, durante el primer juicio que condenó a Jorge Rafael Videla y a Mario Benjamín Menéndez, y otros 29 represores a cadena perpetua por crímenes de Lesa Humanidad. En el 2017 participó como testigo en la condena hacia un policía de la División de Infantería y ese mismo año por video conferencia, participó del Juicio en el Tribunal Oral Federal Nº 2 de Córdoba contra ex defensor oficial federal, Ricardo Haro, por tomar declaraciones a detenidos en medio de una represión en la cárcel.