Chicha Mariani partió sin el abrazo de Clara Anahí, su nieta a quien buscó incansablemente durante 42 años. Chicha se fue, dejándonos la tarea de seguir buscándola, de no bajar los brazos, de buscar a 400 nietas y nietos que faltan, de seguir exigiendo Memoria, Verdad y Justicia.
María Isabel “Chicha” Chorobik de Mariani, falleció ayer a los 94 años, fue una de las fundadoras y segunda presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Desde el 24 de noviembre de 1976, buscaba a su nieta Clara Anahí Mariani Teruggi, que tenía tres meses cuando fue secuestrada y desaparecida luego de un operativo, del que estuvo al frente Miguel Ángel Etchecolatz, a cargo de investigaciones de la Policía Bonaerense.
Ese día, en una acción conjunta entre militares y policía, que incluyó carros de asalto y morteros, destrozaron la casa de Diana Teruggi y Daniel Mariani, hijo de Chicha, en las calle 30 entre 55 y 56 de La Plata. Diana fue acribillada por la espalda y cayó cubriendo con su cuerpo a su pequeña hija Clara Anahí, que fue secuestrada por los represores y hasta el momento no pudo ser recuperada. Asesinaron a Juan Carlos Peiris, Daniel Mendiburu Elicabe, Roberto Porfirio y Alberto Bossio. Daniel no estaba en la propiedad al momento del ataque, pero fue asesinado en agosto de 1977.
En la casa, declarada Sitio de Memoria del Terrorismo de Estado, funcionaba una imprenta que publicaba la revista “Evita Montonera”, donde se denunciaron por primera vez las desapariciones de personas, los “vuelos de la muerte” y la existencia de centros clandestinos de detención.
En 1989 Chicha se retiró de Abuelas de Plaza de Mayo, para crear la Asociación Clara Anahí, desde donde concentró la búsqueda, y poco a poco fue reconstruyendo la historia de Diana y Daniel, para que su nieta pudiera conocerlxs y reconocerse. Participó de todos los juicios por Delitos de Lesa Humanidad donde Etchecolatz fue sentado en el banquillo, lo miraba directamente, a la espera que de una vez por todas confesara a quien había entregado a su nieta. Pero ninguno de los genocidas rompió el pacto de silencio.
En la Navidad del 2015, el país creyó que la búsqueda de Chicha había terminado, pero fue apenas un sueño, la joven que se había presentado no era Clara y todo volvió a ser una eterna espera, y mientras tanto la búsqueda continúa. Chicha redobló los esfuerzos, dando una nueva lección de fortaleza y esperanza.
Chicha partió anoche, con dolor la despedimos, asumiendo el compromiso de seguir buscando a su nieta y a los 400 que nos faltan. Recuperamos sus palabras y las hacemos propias para Clara Anahí: “cueste lo que cueste hasta que te encuentres con toda tu familia. Somos muchos y todos queremos conocerte, abrazarte y escucharte. Acércate mi vida, te quiero mucho”.
Gral. Roca – Fiske Menuco, 21 de agosto de 2018.
Viviana Orellano, Secretaria de Derechos Humanos, Género e Igualdad de Oportunidades
María Inés Hernández, Secretaria de Prensa, Comunicación y Cultura
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