Cien años atrás, el Manifiesto Liminar de La Reforma Universitaria afirmaba que “los dolores que quedan son las libertades que faltan”. Frase que hoy se materializa en nuestro pueblo. La clase trabajadora es la variable del ajuste definido por un gobierno nacional controlado por los CEOS, que entregaron el destino de esta y futuras generaciones al FMI, para subvencionar la fuga de capitales, perfectamente calculada cuando eliminaron todos los controles estatales que había para regular los movimientos financieros y de grandes capitales.
Los dolores que afloran en este presente se traducen en despidos masivos, este año ya se perdieron más de cien mil puestos de trabajo en el primer semestre, sumada la aniquilación de la industria nacional, el recorte a las asignaciones familiares, el desmantelamiento de la seguridad social, entre otros aspectos. Para imponer este nuevo orden social el presidente Mauricio Macri, habilitó la militarización del país, mientras que en paralelo, avanza sobre la educación pública, porque necesita la represión por un lado y el sometimiento por el otro. Ejército para golpear, mano de obra para explotar.
Las palabras del Presidente respecto de los “caídos” en la Escuela Pública y de la Gobernadora Vidal, “los pobres no llegan a la universidad”, reflejan la ideología de Cambiemos y sus aliados: La educación debe ser exclusiva, privada y empresarial. Quienes no encuadren en esta concepción merecen el descrédito y la persecución: las y los docentes no saben nada, sindicalistas corruptos, estudiantes vagos, sobran universidades, pretenden imponer la lógica de costo-beneficio, repudiable en todos sus términos porque desconoce la historia de nuestra patria, forjada a partir de entender que la educación pública, popular, laica y gratuita es una herramienta fundamental para la construcción de una sociedad más justa, equitativa e inclusiva.
Rechazamos esta política de exclusión, repudiamos el avance sobre el sistema educativo que se traduce en la negativa a la paritaria nacional docente, el desconocimiento a la ley de financiamiento educativo, el ajuste en el presupuesto, recorte a las becas estudiantiles, a proyectos de investigación en las universidades.
Este año ya se perdieron más de cien mil puestos de trabajo en el primer semestre. Estamos en tiempos donde urge la unidad de todos los sectores para resistir a este modelo, de organizarse para derrotarlo definitivamente en las urnas. Para ello, hoy más que nunca debemos ganar la batalla cultural y la desmemoria, que les permitió llegar al poder.
No hay margen para la duda, somos parte de la clase trabajadora, luchamos en las aulas y en las calles, enseñando y aprendiendo, que no podemos resignarnos a la entrega de la patria, que pretende este gobierno de traidores y cipayos, rifados al mejor postor.
Aceptamos el desafío de la historia, con la memoria intacta de resistencias, con la utopía de reconstruir colectivamente, la sociedad que nos merecemos y que legaremos a las futuras generaciones, en la que cada dolor sea cicatriz y cada libertad, una victoria conquistada.
Gral. Roca – Fiske Menuco, 30 de agosto de 2018.
María Inés Hernández, Secretaria de Prensa, Comunicación y Cultura
Benjamín Catalán, Secretario Gremial y de Organización
Marcelo Nervi, Secretario Adjunto
Patricia Cetera, Secretaria General