Año a año, cada 5 de junio, manifestamos que no hay motivos para celebrar; este año no es la excepción. Con gobiernos neoliberales que sostienen modelos extractivistas en desmedro del cuidado de la vida, a nivel mundial se constata el agravamiento de la crisis climática y de la creciente degradación ambiental. Cada vez son más evidentes las cadenas de transmisión, el solapamiento y la interacción entre las diversas problemáticas y conflictos ambientales, y cada vez son más claras, también, las consecuencias directas para todos los seres que habitamos el planeta.
La sequía extraordinaria que vivimos en nuestro país en el último año es solo una muestra de probables escenarios futuros; vimos impactos en la producción de alimentos, en la disponibilidad de agua, en los ingresos fiscales y en la economía. Podemos culpar al cambio climático, pero, aunque tiene una parte de verdad, no deja de ser una simplificación: los impactos de lo que podría ser una consecuencia de la crisis climática y ambiental se agravan y multiplican en contextos de falta de infraestructura e inversión, precarización de los sistemas de seguridad social, destrucción de ecosistemas, dependencia económica de commodities, concentración de la tierra y la riqueza, entre otros.
En este contexto, en nuestra provincia, en el país y en el mundo, la apuesta generalizada sigue siendo la reproducción y profundización de modelos claramente agotados, que son injustos y que destruyen las condiciones de reproducción de la vida. Aún en las propuestas hacia modos de producción más limpios, la lógica sigue siendo la misma: concentración, ocupación territorial, falta de justicia y participación, visiones fragmentadas y simplificadoras, desconociendo la complejidad y la interdependencia de los sistemas naturales y sociales.
Un modelo que claramente el gobierno de nuestra provincia promulga y defiende. Claros ejemplos son el fracking que avanza desmedidamente, la apropiación de territorios y el agua. Ahora, nuevamente se refleja en el avance de la explotación del golfo San Matías.
Desde UnTER estamos convencidxs que debemos construir una política militante de compromiso socio-ambiental en defensa de las condiciones de vida de la comunidad educativa. Es importante no sólo la denuncia, sino también el acompañamiento desde la formación a lxs trabajadorxs de la educación y la acción sindical.
Es necesario y urgente que podamos romper con esta lógica que produce la devastación de los territorios, que anula la diversidad natural y cultural, y que destruye de todas las formas de vida, incluyendo la de la especie humana. Existen otras formas de relacionarnos, otras formas de producir lo necesario para “vivir bien” y en armonía con el planeta.
Es imprescindible visibilizar, valorizar y multiplicar la gran cantidad de experiencias que van en esa dirección, sosteniendo su sentido político transformador y sin caer en ingenuidades.
Somos parte de un tejido que se construye a partir de cada una de nuestras fragilidades y fortalezas. Es fundamental convertir la frustración en acción, renovar la esperanza y el compromiso, sostener la red de interrelaciones, solidaridades y acciones desde donde fortalecernos en la lucha ambiental, en la disputa por el territorio y los bienes comunes, que no es otra cosa que la lucha por el derecho a la vida.
Desde este lugar es necesario concebir como unidad inseparable la sociedad y la naturaleza, y así poder superar la tradicional concepción del “medio” ambiente. Pensar en ambiente implica comprender que esa totalidad es más amplia, porque involucra las relaciones sociales, las formas de vincularse y los modos de producción.
Decir ambiente es referirse a la naturaleza, territorio, hábitat, vivienda, barrio, suelo, condiciones sanitarias y de trabajo, transporte, comunicaciones, residuos, lo local, lo global, el uso de los recursos, los bienes comunes, la calidad de vida y la sustentabilidad. Decir ambiente implica, también, la producción y la construcción de conocimientos y saberes científicos, tecnológicos, educativos, valorizando los saberes y valores ancestrales y comunitarios, y problematizando las relaciones de poder y los modos de producción y de acumulación.
General Roca-Fiske Menuco, 5 de junio de 2023.
Claudia Asencio, Secretaria de Educación, Estadística, Formación Política Pedagógica y Sindical
Pablo Holzmann, Secretario de Prensa, Comunicación y Cultura
María Castañeda, Secretaria Gremial y de Organización
Gustavo Cifuentes, Secretario Adjunto
Silvana Inostroza, Secretaria General