Contra la persecución de la clase trabajadora
Vivimos en un Estado democrático, sin embargo, el gobierno nacional se ocupa que este precepto se ponga en duda cada día. Presxs políticos sin garantías de debido proceso, el uso de las fuerzas policiales y militares como herramienta para reprimir la protesta social y para despedir a trabajadorxs, la presión a goberndorxs y representantes provinciales para conseguir imponer leyes antipopulares, el silenciamiento de medios de comunicación críticos, entre otros aspectos. Ahora el ataque se concentra contra sindicalistas.