El 11 de noviembre de 1997 los cuerpos de las jóvenes María Emilia, Paula González y Verónica Villar fueron encontrados en las inmediaciones de Cipolletti. Dieciocho años han pasado de este triple crimen y no sabemos por qué, ni quiénes son los responsables, sabemos de un detenido pero no por el asesinato, de la impericia, encubrimiento y ocultamiento de pruebas por parte algunos efectivos de la policía y funcionarios del gobierno de entonces, de la desidia del Poder Judicial, que no fue capaz de enmendar su pésima actuación. Hasta supimos de testigos falsos y del asesinato de Carlos Aravena, también impune.