A tres años del asesinato del compañero Carlos, la confirmación de la condena a cadena perpetua del oficial Poblete ha sentado un precedente histórico pero no significa el cierre del caso, pues no habrá justicia para Carlos, hasta tanto no sean juzgados y condenados todos los autores intelectuales de su asesinato. Fundamentalmente, el exgobernador Jorge Sobisch, quien no dudó en dar la orden de reprimir, y luego fue capaz de vanagloriarse de su mano dura, como instrumento de poder para reprimir la protesta social, que refleja los justos reclamos de una comunidad que exige condiciones dignas de trabajo.